Don Rodrigo, el hombre al frente de la Galería Museo Templo del Chibcha

La pasión por la cultura precolombina y las artesanías lo hicieron un reconocido comerciante y líder de la comunidad de Las Aguas.

Don Rodrigo Hernández Lopera llegó a Bogotá en 1975. Se instaló en el barrio Las Aguas porque sabía que el atractivo turístico de la zona le daría posibilidades de negocio, por eso abrió un restaurante en la Carrera 2.a con Calle 22. Un par de años después, frente al edificio Mario Laserna de la Universidad de los Andes, ubicaría la Galería Museo Templo del Chibcha, una tienda de recuerdos y artesanías típicas colombianas, negocio que atendió e hizo crecer hasta el día en que la vida se lo permitió.

Don Rodrigo nació en Medellín, Antioquia, allí se formó como biólogo y llegó a ser rector de dos colegios, uno en Medellín y otro en Cali. Mientras tanto, conservaba su pasión por la cultura precolombina y las artesanías. Por eso, cuando se radicó en la capital, tenía claro que dedicaría su negocio a ofrecer estos objetos a los turistas de Monserrate o La Candelaria, que los llevarían a sus países como miniaturas cargadas de recuerdos.

“Mi papá vio lo importante que sería el barrio para el turismo en el centro de la ciudad”, dice Rodrigo Hernández Ardila, su hijo. Consideraba un sitio privilegiado la subida a Monserrate y estar tan cerca a la Quinta de Bolívar. “Desde ahí se dedicó de lleno a las artesanías, pues le apasionaban”, comenta su hijo. Eso, por ejemplo, lo llevó a ser presidente en los años 80 del Mercado de Pulgas San Alejo, que se organizaba los domingos y festivos, en ese entonces, sobre la Carrera 3.era con Calle 19.

Por el conocimiento que tenía en todo lo relacionado con arte precolombino, don Rodrigo padre tuvo contacto con personalidades políticas de los años noventa, que estaban interesadas en adquirir artesanías originales. “Mi papá le distribuyó mucho arte a César Gaviria, por ejemplo, que tiene una colección de arte muy grande. También fue restaurador de arte. En los museos y galerías lo llamaban para restaurar algunas obras”, cuenta Rodrigo hijo.

Incluso académicos lo buscaron por su conocimiento de objetos precolombinos. “Don Rodrigo tenía una colección de objetos y documentos sobre las culturas precolombinas, o por lo menos de la época colonial. A mí me interesaba incentivar actividades sobre estas culturas y por eso conocí a don Rodrigo a finales de los noventa”, dice Wolfram Baumann, profesor de Los Andes.

Hasta finales de los noventa don Rodrigo pudo vender artesanías precolombinas originales porque la ley lo permitía, ya después se volvió ilegal. Eso lo obligó a abrir otras tiendas de venta de artesanías, pero con réplicas. Una de ellas ubicada justo al lado del Museo del Oro. 

Ahora, con la pandemia, el flujo de turistas en la capital ha disminuido radicalmente, lo que puso el negocio de la familia en una posición muy difícil. “Mi papá igual se adaptó a todo. Él tenía vena de comerciante y ya vendía hasta bebidas para los ciclistas que suben por el barrio”. Pero esa no fue la única dificultad que debieron enfrentar los Hernández. El coronavirus, además de los retos comerciales, trajo consigo un mayor golpe de realidad. En el caso de la familia Hernández, el virus llegó casi aprovechándose de otra tragedia familiar.

“El 3 de octubre mi hijo tuvo un accidente automovilístico en la Circunvalar. Casi se muere. Estuvo varios días en cuidado crítico y mi papá insistió en estar siempre con él”, cuenta Rodrigo hijo. Ante ese deseo de don Rodrigo, la familia cedió y lo dejó acompañar a su nieto Santiago por algunos días que permaneció hospitalizado. Sin embargo, esto significó que quizá allí se contagiara de covid-19. “Mi papá ya había sido operado del corazón hace varios años, tenía diabetes y se preparaba para una intervención de la próstata”, explica Rodrigo hijo.

En menos de un mes, la suma de estas complicaciones de salud llevó a que don Rodrigo Hernández Lopera falleciera a los 69 años, el 28 de octubre. Para continuar con su legado, sus hijos se mantendrán al frente de la Galería Museo Templo del Chibcha. El equipo de Progresa Fenicia, a nombre de la comunidad del barrio Las Aguas, expresa su solidaridad con la familia Hernández por esta lamentable pérdida y el periódico Directo Fenicia dedica este artículo a su memoria.