Prensa Católica y el legado del Padre Emilio Sotomayor

En 1936, el Padre Sotomayor fue nombrado Párroco de Nuestra Señora de Las Aguas. En 1943, fundó la Comunidad de Hermanos y, dos años más tarde, la Comunidad de Hermanas de la Buena Prensa.

 En 1945, cuando el Padre Sotomayor fundó Las Hermanas de la Buena Prensa, recibieron el edificio ubicado sobre la Calle 19 bis, cerca a la esquina de la Carrera 1ra. El Padre Sotomayor lo llamó la Casa Generalicia de las Religiosas de la Comunicación Social. Hoy en día las hermanas le dicen la “Casa Madre”.

Entre paredes blancas decoradas con retratos de varios papas y madres superioras, pisos pulcramente blancos, una infinidad de plantas y vitrales azules, rosados, amarillos y verdes, convive una comunidad de hermanas. Entre ellas: Olimpa Sánchez, que trabajó en la imprenta de Prensa Católica de Bogotá; Aliria Montañez, que se encarga de las finanzas; Gladys Tami, comunicadora social; y Rocío Sinchiguano, que lleva tres años haciendo su noviciado en Colombia. La hermana Gladys encontró su vocación a los 22 años en las calles de El Playón, Santander. Tras la muerte de su padre, en 1983, vivió un duelo que aún hace que su voz se quiebre.

La hermana admite que tomar la decisión de dejar su hogar y entregarse al servicio de los demás no fue fácil. “Pero yo sentía una ternura en mi corazón, se llenaron los vacíos que me dejó la muerte de mi papá”, señala. Contra la voluntad de su mamá, inició su noviciado en San Gil y a finales de 1990 se mudó a la Casa Madre en Bogotá. Estudió Filosofía y Ciencias Religiosas en la Universidad Santo Tomás y Comunicación Social en la UNAD. Estuvo en misiones en Barranquilla, Venezuela y Panamá, entre 1991 y 2019.

Desde la Casa Madre ha evangelizado con libros, cartillas y revistas de Prensa Católica, además de otros materiales. Visita enfermos en las zonas aledañas, asesora espiritualmente a las personas que identifica la parroquia y hace artesanías. Durante la pandemia, sus misiones se estancaron. Ahora, las hermanas tienen abierta la capilla del convento para el uso de hasta quince personas, siguiendo los protocolos de bioseguridad.

Cuando el Padre Sotomayor inició esta comunidad religiosa, buscaba la difusión escrita de la fe católica. En 1938 logró materializar su sueño. Con un grupo de jóvenes, en el solar de la casa cural, instaló una imprenta: un mimeógrafo para hacer copias; una prensa de mano para mantener unidas las páginas; unos chibaletes para secar las hojas antes de pegarlas y un intertipo, que le compró al Espectador, para organizar las letras prensadas sobre el papel. En 1943, congregó a la Comunidad de los Hermanos y empezaron a publicar el semanario “Vida Católica” de la editorial Prensa Católica, que llegó a tener más de 15.000 ejemplares. Cuando fundó Las Hermanas de la Buena Prensa, las catorce jóvenes hermanas crearon un taller de imprenta en el primer piso y publicaron libros, revistas y periódicos evangelizadores.

En 1960, el Padre Sotomayor dejó la parroquia de Las Aguas y se retiró al campo Cristo Rey, en Cajicá. Allí, construyó un taller para que la Comunidad de los Hermanos siguiera sus labores. Sin embargo, tras su muerte en 1983, toda la maquinaria de este taller se movió a Bucaramanga, la Comunidad de los Hermanos se disolvió y Prensa Católica continuó un par de años a manos de las Hermanas de la Buena Prensa hasta que el resto de la imprenta se trasladó también a Bucaramanga, en 1989.

En la Casa Madre, hoy en día, en donde estaba la imprenta, ahora hay un garaje. En el primer piso están los restaurantes La Mula y La Gasolinera, la Sala Amiga de lactancia y oficinas de Gestión Humana de la Universidad, que se extienden hasta el segundo piso. Desde el tercer hasta el quinto piso está el convento. Sobre la mesa en la sala principal hay varias revistas de Prensa Católica y libros acerca del Papa Francisco. Las hermanas ya no producen material editorial, solo algunos folletos informativos que reparten a la comunidad. A pesar de que las hermanas no tienen un estrecho contacto con el Programa Progresa Fenicia, Gladys señala que “siempre los proyectos surgen, gracias al trabajo en equipo. Si nos unimos como comunidad, veremos muy buenos resultados a futuro. Desde nuestras capacidades, estamos al servicio de todos ustedes”.