Galería Minas de Colombia: de las entrañas de una mina al corazón de Las Aguas

Una empresa familiar que desde el barrio exporta el valor de nuestras esmeraldas al mundo.

En la oscuridad de las minas de Chivor, en Boyacá, la zona con mayores yacimientos de esmeralda del mundo, empieza esta historia. Allí, don Misael Díaz Novoa, un minero raso, optó por irse a la capital del país para buscar mejores horizontes. Así, se radicó en el barrio Las Aguas, el lugar en el que nacería una empresa familiar de reconocimiento internacional: Galería Minas de Colombia (GMC).

Las esmeraldas, junto con el café, son tal vez el producto de exportación que más fama, identidad y recordación forja en los extranjeros cuando se habla sobre Colombia. Desde 1920, aproximadamente, las piedras preciosas han sido extraídas de los vientres de las colinas de Chivor y han tomado las carreteras del altiplano cundiboyacense para llegar a las manos de comerciantes esmeralderos en la Plaza del Rosario y la Avenida Jiménez, en el centro de Bogotá.

A inicios de los años 80, don Misael Díaz llegó a Bogotá con su esposa, doña Gloria Martínez. Para salir de la dinámica de distribución de esmeraldas en el centro de la ciudad, don Misael compró un pequeño lote en el barrio Las Aguas, ubicado en el sendero que lleva a Monserrate y a la Quinta de Bolívar. Lo hizo con la esperanza de que el turismo floreciente del sector algún día le permitiera ser un punto de referencia para extranjeros que buscan la maravilla verde que brota de nuestra tierra


“Esto empezó muy pequeñito. El primer local que tuvieron ellos era de unos ocho metros por cuatro, en donde se empezaron a comerciar muchas artesanías relacionadas con la esmeralda”, dice Jorge Díaz, uno de los tres hijos de don Misael y doña Gloria, y actual gerente de Galería Minas de Colombia. “No estamos hablando en ese momento de joyería profesional, de alto nivel, sino más bien de la artesanía que se trabajaba con piedras muy rústicas”.

Treinta años después, GMC asegura “producir y comerciar piezas de joyería con las mejores esmeraldas del mundo”, como dice en su página web. Por su tienda han pasado todo tipo de celebridades nacionales, actores de Hollywood, políticos, deportistas y exreinas de belleza. En 2001, condecoraron con una pieza de orquídea con esmeralda a Vanessa Mendoza, la primera reina afrocolombiana del Concurso Nacional de Belleza.

Según Jorge Díaz, GMC fue la primera empresa de esmeraldas en Colombia en ofrecer lo que se conoce como un servicio de venta-experiencia. Invitan a sus clientes a conocer más sobre el valor y la cultura de la esmeralda y la alta joyería. “Eso generó un voz a voz muy grande y ya empezaron a llegar agencias de viaje muy potentes, convenios con hoteles grandes, toda una oferta que llamó mucho la atención y nos permitió crecer”, cuenta Jorge.

 

Con esa fama, llegaron a tener un promedio de seis mil visitas al año y a atender grupos de entre 20 y 40 extranjeros en algunos momentos del día. En su negocio la relación directa con los clientes es crucial, pues es difícil evaluar la calidad de una esmeralda sin tenerla enfrente. Por eso, la pandemia los afectó profundamente. Cerraron la atención al público desde marzo. Sin embargo, han ideado nuevas alternativas para superar la crisis, como la venta en línea desde su página web y desde redes sociales como Instagram. Además, implementarán citas con clientes bajo estrictas medidas de bioseguridad. 

GMC no es solo un local de alta joyería en el corazón de Las Aguas, también es un proyecto que va más allá de nuestras fronteras. “Yo me he encargado hace más o menos siete años de llevar la empresa a nivel internacional. Tenemos hoy en día oficina en Pekín, China, con alcance de exportaciones a Asia”, explica Jorge.

 

Para Díaz, el reto de esta industria en nuestro país es combatir el estigma dejado por la llamada “Guerra Verde” que, en los años 90, vinculó a esmeralderos con prácticas ilegales y los sumió en una espiral de violencia. Por ello trabajan para resaltar la identidad cultural que ofrecen las esmeraldas como símbolo nacional: “todo colombiano debería tener una esmeralda o al menos saber un poco más acerca de ella porque es lo nuestro, es lo que se da acá”, afirma Alexander González, joyero de GMC. Estas estrategias les permitirán reabrir y hacer un esperado relanzamiento que puede convertirse en incentivo para la reapertura comercial responsable que todo el barrio necesita

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