Liz Hinestroza, una empresaria temeraria

Después de trabajar durante 20 años como asesora comercial para varias Empresas Prestadoras de Salud (EPS), Liz decidió independizarse y abrir su propia consultoría: IDM Asesores SAS.

Liz recuerda cómo en 2015 uno de nuestros asesores entrevistó a su familia y les presentó por primera vez el Programa Progresa Fenicia. En esa ocasión también conoció el programa Emprende, ofrecido por las Facultades de Administración y de Diseño de la Universidad de los Andes. Para ese entonces, una empresa propia parecía algo incierto.

Liz ha vivido toda su vida en Las Aguas, su madre, Dalila Mosquera, llegó al barrio hace 55 años. Ahora, junto con su esposo y sus dos hijos viven en la Carrera 1a con Calle 21 una vida estable y activa. No siempre fue así. Cuando llegó la hora de salir de su último trabajo en la EPS Sanitas, encontrar un nuevo empleo no fue fácil. Aplicó a varias vacantes en otras EPS y no tuvo éxito.   

Decidió empezar a estudiar. Terminó su pregrado en comunicación social en la Fundación Universitaria de Colombia y actualmente está haciendo una maestría en Derechos Humanos de la ESAP. “Como me dediqué a estudiar, entonces ya estaba sobre calificada para cualquier cargo”, señala. Como no quería perder los conocimientos y experiencia que tenía en seguridad social en el sector salud, decidió abrir en junio de 2019 su propia consultoría, IDM Asesores SAS.   

Desde el Centro de Emprendimiento de la Universidad se ofrece el programa Emprendedores PEMP, en el que participan comerciantes de la comunidad Uniandina. Durante el primer semestre de 2020, algunos negociantes de la comunidad de Fenicia, entre ellos, Liz, que demostraron interés en fortalecer sus habilidades de planeación y desarrollo de su emprendimiento, tuvieron la oportunidad de asistir a este curso en modalidad virtual. 

Emprendedores PEMP apareció en la vida de Liz en el mejor momento. Cuando empezó el curso, Liz llevaba seis meses conformando su empresa y empezaba a ver las dificultades que conlleva este proceso. “Me sentía muy abandonada, sin experiencia y perdida”, señala. En el curso le dijeron que debía ajustar las proyecciones y crear planes de acción y de trabajo para que la empresa arrancara. 

De la mano de los profesores de Emprendedores PEMP y con el apoyo de su familia, Liz ha logrado materializar su sueño y darle un enfoque a futuro. Hoy en día, IDM Asesores SAS hace asesorías en salud, pensión y ARL a empresas pequeñas y personas independientes. “Creo que sin la ayuda de la Universidad mi empresa hubiera sido algo no tan enfocado y aterrizado como lo es en este momento” explica. Liz cuenta que también da asesorías a sus vecinos de Las Aguas, “muchos están desprotegidos sobre todo en la parte de la salud, yo les colaboro. [...] Les doy información, los guío, cómo deben realizar afiliaciones o si tienen derecho a la ARL”.

A pesar de que el camino ha sido largo y tedioso, Liz ha logrado afrontar cada uno de los obstáculos que nacen a diario. Una de las primeras barreras que identificó fue su mentalidad. Sus 20 años de experiencia laboral solo le habían dotado de una visión de empleada y ahora necesitaba liderar a su personal, tomar decisiones cruciales y enfrentarse a un mercado. “Hay que salir de la zona de confort. Como trabajador uno se acostumbra a recibir su salario básico y prestaciones, pero no hay como uno ser independiente. […] Es difícil pero no imposible”, señala.

Otro gran obstáculo fue la pandemia por el covid-19,  que enfrentó con la virtualización de sus canales de contacto con clientes y empleados. “Nos tocó rediseñar. Aunque no sea lo mismo, nos tocó hacer virtuales las capacitaciones y visitas a los clientes”, dice. Aunque lo digital  tiene  limitaciones, a Liz le ha brindado aprendizajes. Sobre todo, las nuevas estrategias que se han implementado en el acercamiento a los clientes, ya que estas proponen conocerlos desde su hogar.  A pesar de la incertidumbre generada durante estos seis meses de crisis, las asesorías que ofrece la empresa de Liz continúan. 

Liz ha demostrado una valentía ejemplar. Tomó la decisión arriesgada de independizarse y formar una empresa propia. Entendió que para poder crecer profesionalmente, tener la libertad de ayudar a personas vulnerables y manejar una consultoría estable, debía enfrentar sus miedos hacia lo incierto y encontrar soluciones que no solo la beneficiaran a ella. Identificó un vacío en las asesorías a empresas pequeñas y a personas naturales y lo ocupó con nuevas ideas de acercamiento a clientes. Emprendió con autenticidad.